Hace ya tres años que falleció nuestro compañero Jaime Llinares Llabrés
El pasado día 12 de este mismo mes, varios compañeros de la “Orden del Cachorro Canario” rindieron un sencillo y emotivo homenaje a Jaime Llinares al cumplirse el tercer aniversario de su fallecimiento. Se celebró en nuestra Casa y consistió en un simple brindis alrededor de una mesa en la que, previamente, se había colocado su foto. Esa foto en la que está sonriente y moviendo en su mano las llaves el día que se firmó el contrato de compraventa en las oficinas de la antigua Caja Insular de la calle Triana. Su expresión queriendo decir ¡!ya lo conseguimos!! quedó plasmada en esa foto y se contempla en ella el rostro descansado y pícaro del que culmina con éxito la operación más importante que ha hecho la “Orden del Cachorro Canario” en toda su historia.
Era un deseo unánime de los “cachorrúos” tener nuestra propia Sede Social y dejar ya los alquileres y el deambular de local en local para celebrar nuestras reuniones y fue, durante la presidencia de Jaime, cuando se consiguió, después de unas muy complicadas gestiones con los antiguos dueños, dado que se trataba de una herencia a repartir entre cinco herederos. No fue nada fácil su adquisición, aprobada por el 99% de los compañeros en una Asamblea que se celebró ante Notario en la primera Casa que tuvimos, situada en la calle de Los Balcones y alquilada a los sobrinos de Don Luís García de Vegueta, antiguo Cronista Oficial de Las Palmas de Gran Canaria.
Después del brindis, cada compañero dibujó con curiosas anécdotas el paso de Jaime por la “Orden del Cachorro Canario”, donde estuvo diez años como presidente, destacando algunos de sus logros, los cuales colocaron a nuestra Asociación en el lugar que se merece dentro del mundo de la cultura en nuestra sociedad canaria por sus objetivos y por sus nobles fines. Algunos de ellos, son:
Los dos magníficos Congresos de los años 2.000 y 2.010 sobre Identidad y Progreso Canarios (PIC), la citada compra de nuestra Casa, el Proyecto “Reactivación Económica de Vegueta Alta”, que fue entregado al Ayuntamiento capitalino sugiriendo hacer más flexible las ordenanzas del Plan Especial de Protección y Reforma Interior “Vegueta – Triana” para poder hacer obras de rehabilitación en los edificios protegidos y adecuarlas para la introducción de usos terciarios que facilitarían la agilidad comercial que se requiere para fomentar los comercios de restauración y hoteleros, la creación de Demarcaciones en la otras islas aprobándose para ello el vigente Estatuto, cuyo ámbito territorial es autonómico, facilitando la entrada de las mujeres dentro del seno de la “Orden del Cachorro Canario”, que hasta ese momento no existía, la firma de Convenios de Colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y con la Fundación “Pancho Guerra”, la creación de las Áreas Operativas de Trabajo, la puesta en marcha de nuestra magnífica biblioteca, a la que se llamó Domingo Alonso por la importante aportación económica que hicieron sus hijos para ello, etc. etc.
Se destacó, también, su buen talante y su carácter contemporizador, así como su enorme cultura y su gran prestigio personal y profesional. Introdujo las Tertulias en nuestra Casa como modo de conocer y participar en los problemas de la sociedad canaria y llegó un momento en el que un destacado hombre de letras canario dijo que nuestra Sede Social era uno de los foros culturales más importantes de Gran Canaria.
Para terminar, se dejó claro el esfuerzo que hizo Jaime por nuestro grupo y se recordó que, estando ya bastante enfermo, se desplazó a la Demarcación de Fuerteventura para resolver un pequeño problema que había surgido. Así de grande era su generosidad. La “Orden del Cachorro Canario” era para él parte de su vida y a ella le dedicó mucho, pero mucho, esfuerzo.
Que Dios lo tenga en la Gloria ¡hasta siempre, Jaime! y gracias por tu esfuerzo y amistad.