El pasado viernes, día 23 de octubre, se vivió en nuestra Casa una noche inolvidable en compañía de la maravillosa guitarra argentina de Alberto Chahin y del grupo musical Conclave.
Alberto, con su enorme facilidad para llevar a nuestros oídos esas notas que sólo los virtuosos saben sacar de sus instrumentos y los componentes del grupo Conclave con sus magníficas voces entremezclando los sonidos de las cuerdas femeninas y masculinas, fueron capaces de sacar los aplausos de las casi cien personas que presenciamos el concierto.
Alberto fue acompañado en algunas piezas por una pareja, ataviada con trajes tradicionales pamperos, que nos ayudaron a comprender mejor la belleza y el sentir de un pueblo como el argentino. Su lento deambular por la pista explicando sus sentimientos con un simple pañuelo, un ligero taconeo y unas miradas, fue motivo, con el sentir de los acordes de la guitarra, para que todos los asistentes aplaudieran a rabiar la pieza interpretada.
Al acabar Alberto su interpretación, el grupo Conclave interpretó varios conocidos boleros con sus tres guitarras, un bajo y una suave percusión, que hicieron las delicias de todos. No es fácil combinar diez voces de forma tan sencilla y cercana. Los agudos y los bajos de combinaban de forma fácil y sencilla y la magnífica vocalización hizo que el mensaje de las letras llegara con facilidad a cada uno de los asistentes.
Fue una hermosa combinación de música tradicional y directa y de un país hermano y de música internacional del mismo continente. En ambas interpretaciones, el sentir del canario, tan ligado a ellas, se dejó llevar por derroteros que sólo el sentimiento de un pueblo tan sencillo y sensible como el canario es capaz de sentir.
Fueron dos horas en las que el alma de cada uno de los asistentes voló hacia ese sitio desconocido y lleno de esperanza al que queremos llegar alguna vez.
Sólo hablaron las cuerdas, la danza y las voces. Ese maravilloso silencio que se produce ante tanta belleza se agradece muchísimo cuando, en la vida cotidiana, en el día a día, se manifiesta por doquier lo material y lo insensible.