Nuestro muy buen compañero y mejor amigo Ignacio Perera nos dejó el pasado día 10 de marzo de forma inesperada. Éramos muchos los cachorrúos que desconocíamos su dolencia y, de pronto, alguien nos comunicó su fallecimiento. El controvertido Ignacio ya no estaría más con nosotros, por lo menos de forma física, y eso nos dejó a muchos muy entristecidos.
Era una persona con la que tuve la enorme fortuna de poder profundizar en su amistad y poder descubrir un amigo especial, con un sentido muy avanzado del más fino humor socarrón y, siempre, debido a sus grandes dosis de generosidad, dispuesto a compartir lo que fuese con los demás.
Estaba presente en casi todos los actos que se organizaban, tales
como asambleas, comidas, viajes, escursiones, exposiciones, conferencias, tertulias, rondas y conciertos y era muy raro no verlo en cada uno de ellos con su máquina fotográfica en ristre haciendo fotos desde cualquier rincón al que su enorme humanidad podía acceder.
Tuve oportunidad de estar con él codo con codo en muchas ocasiones y, poco a poco, fui descubriendo virtudes que no sabía que poseía. Aparte de eso, me hacían mucha gracia algunas de sus iniciativas porque las exponía a corazón abierto y sin entrar en detalles, ya que la estrategia no formaba parte de su forma de ser. Era abierto, sin tapujos y tenía una virtud que lo hacía grande, creía muchísimo en sí mismo.
Con el tiempo le fui cogiendo cariño. No coincidíamos en nada en la cuestión política y me autorizaba a bromear con sus ideales de hombre de derechas, hasta el punto de que se reía muchísimo con mis comentarios de broma y, de igual forma, él también me lanzaba de vez en cuando alguna que otra puya sobre los míos y también nos reíamos con ganas. Jamás permitimos que interfiriera en nuestra amistad la diferencia de opiniones en este mundo tan complicado de la política.
Particularmente lo voy a echar muchísimo de menos. El espacio ideológico que ocupaba dentro de nuestro grupo será complicado lleNuestro muy buen compañero y mejor amigo Ignacio Perera nos dejó el pasado día 10 de marzo de forma inesperada. Éramos muchos los cachorrúos que desconocíamos su dolencia y, de pronto, alguien nos comunicó su fallecimiento. El controvertido Ignacio ya no estaría más con nosotros, por lo menos de forma física, y eso nos dejó a muchos muy entristecidos.
Era una persona con la que tuve la enorme fortuna de poder profundizar en su amistad y poder descubrir un amigo especial, con un sentido muy avanzado del más fino humor socarrón y, siempre, debido a sus grandes dosis de generosidad, dispuesto a compartir lo que fuese con los demás.
Estaba presente en casi todos los actos que se organizaban, tales como asambleas, comidas, viajes, excursiones, exposiciones, conferencias, tertulias, rondas y conciertos y era muy raro no verlo en cada uno de ellos con su máquina fotográfica en ristre haciendo fotos desde cualquier rincón al que su enorme humanidad podía acceder.
Tuve oportunidad de estar con él codo con codo en muchas ocasiones y, poco a poco, fui descubriendo virtudes que no sabía que poseía. Aparte de eso, me hacían mucha gracia algunas de sus iniciativas porque las exponía a corazón abierto y sin entrar en detalles, ya que la estrategia no formaba parte de su forma de ser. Era abierto, sin tapujos y tenía una virtud que lo hacía grande, creía muchísimo en sí mismo.
Con el tiempo le fui cogiendo cariño. No coincidíamos en nada en la cuestión política y me autorizaba a bromear con sus ideales de hombre de derechas, hasta el punto de que se reía muchísimo con mis comentarios de broma y, de igual forma, él también me lanzaba de vez en cuando alguna que otra puya sobre los míos y también nos reíamos con ganas. Jamás permitimos que interfiriera en nuestra amistad la diferencia de opiniones en este mundo tan complicado de la política.
Particularmente lo voy a echar muchísimo de menos. El espacio ideológico que ocupaba dentro de nuestro grupo será complicado llenarlo de nuevo y no verlo en nuestros actos va a resultar complicado.
A mi juicio se nos ha ido un gran cachorrúo. Un amigo que llenaba los rincones de nuestra Casa. Hay pocos Miembros Numerarios con tantos ahijados como tenía Ignacio. Se desvivía por su Orden del Cachorro Canario y donde quiera que iba lo hacía acompañado de su enorme familia, conocedora de su gran amor y respeto por la Asociación.
Era hombre de arraigada fe cristiana y de pura religiosidad católica y hoy seguro que está donde están los hombres buenos, que es ese paraíso prometido en el que él creía.
Desde allí nos mirará a todos nosotros con la misma expresión dulce que tenía su cara cuando le poníamos nuestra mano en el hombro o cuando caminábamos juntos por cualquier calle de nuestra ciudad, detrás del hermoso estandarte amarillo de la Orden del Cachorro Canario, mientras hablábamos del colectivo y de hacer lo mejor para su engrandecimiento, cosa que le preocupaba muchísimo, como cachorrúo de primera clase que era.
Que permanezca en nuestro recuerdo es el mejor homenaje que podemos hacerle y yo le digo desde aquí ¡!!!!cuenta conmigo, querido amigo, porque tú te lo mereces!!!!! tal como establece nuestnarlo de nuevo y no verlo en nuestros actos va a resultar complicado.
A mi juicio se nos ha ido un gran cachorrúo. Un amigo que llenaba los rincones de nuestra Casa. Hay pocos Miembros Numerarios con tantos ahijados como tenía Ignacio. Se desvivía por su Orden del Cachorro Canario y donde quiera que iba lo hacía acompañado de su enorme familia, conocedora de su gran amor y respeto por la Asociación.
Era hombre de arraigada fe cristiana y de pura religiosidad católica y hoy seguro que está donde están los hombres buenos, que es ese paraíso prometido en el que él creía.
Desde allí nos mirará a todos nosotros con la misma expresión dulce que tenía su cara cuando le poníamos nuestra mano en el hombro o cuando caminábamos juntos por cualquier calle de nuestra ciudad, detrás del hermoso estandarte amarillo de la Orden del Cachorro Canario, mientras hablábamos del colectivo y de hacer lo mejor para su engrandecimiento, cosa que le preocupaba muchísimo, como cachorrúo de primera clase que era.
Que permanezca en nuestro recuerdo es el mejor homenaje que podemos hacerle y yo le digo desde aquí ¡!!!!cuenta conmigo, querido amigo, porque tú te lo mereces!!!!! tal como establece nuestro estatuto.
Néstor Doreste Padilla